Se necesitan tennis nuevos

Como padres orgullosos podríamos jactarnos de que Costa Rica llegó tercero, de los países latinoamericanos, en la carrera de Competitividad Global.
Claro, no podríamos llevarnos a casa la medalla de plata porque, en realidad, 52 países llegaron antes de nuestro pequeño terruño: así lo explica el Informe de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés).
El Informe evalúa a 125 naciones, utilizando más de 100 indicadores. Para ello consultan cifras oficiales y realizan encuestas de opinión a líderes en cada país, todo esto sobre nueve temas específicos... Instituciones, Macroeconomía, Infraestructura, Salud y Educación Primaria, Educación Superior y Capacitación, Tecnología, Innovación y Sofisticación en los negocios.
Ahora, todo el mundo conoce las debilidades de nuestro país.
¡Las vivimos a diario!
Por eso sabíamos que no íbamos a llegar de primeros. En el podio de los ganadores, Suiza, Finlandia y Suecia son un recordatorio de que nuestros mayores problemas son la baja competitividad del entorno macroeconómico y el desarrollo de la infraestructura.
La buena noticia es que a nuestra pequeña Costa Rica no le va tan mal en su sofisticación empresarial y su grado de innovación... algo es algo.
Y la otra noticia, es que a los estadounidenses les tocó sentarse y ver a otros ganar, ya que luego de que en el 2005 se llevara el primer lugar, en el 2006 obtuvo el quinto.
Pero volvamos a Costa Rica, que no llegó en los últimos pero tampoco en los primeros.
¿Qué debe hacer si la carrera de la Competitividad Global se corre a diario?
Un serio replanteamiento de estrategia, mucho entrenamiento y la noción de que no se trata de corre mucho, sino de correr bien.